Más sobre Priscila
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Escribe: Ensayo narrativo o autobiográfico, para contarse las historias tal como las quiere recordar.
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Lee: para saciar la curiosidad crónica que la posee. Le agradan las historias de ficción, pero mucho más las de la vida real. Le intriga explorar la confusión y el abandono que muchas veces ensombrecen la infancia, donde se gestan la mayoría de los conflictos que nos abruman durante la adultez.
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Ama: tener la respuesta a la pregunta de alguien y encontrar la forma más clara de explicársela; platicar con un niño, sentir que ha captado su atención, ver sus ojos grandes que la miran llenos de curiosidad y asombro.
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Odia: no entender la razón de algo. Su pregunta eterna es «¿por qué?»
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Signo favorito: el incomprendido punto y coma; el signo que nos permite organizar y aclarar las ideas.
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Palabra favorita: apapachar. A cualquiera que lo necesite, pero si es un gato, mucho mejor.
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Muletilla: Siempre/nunca (un poco exagerada, sí).
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Quiere que todos escriban porque: escribir nos permite hablar con nosotros mismos, vaciar nuestros cuestionamientos, incertidumbres y angustias; al verlos plasmados, entendemos la realidad de una forma menos amenazadora, más digerible y así, podemos resignificar nuestras experiencias.
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El café: descafeinado (porque la ansiedad), pero bien cargadito y solo.
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Color: Ninguno en especial, pero como su esposo intensifica sus halagos el día que se viste de rosa, mucha de su ropa es de ese color.